Al fin, lo que andaba buscado. Hoy mi madre ha venido cargada con piezas de lo que hace mucho tiempo quería: puntilla negra. Para Adrienne, para Nevan, para Kizuisen… demasiadas muñecas me estaban pidiendo ropa hecha con puntilla negra, sobretodo Kizuisen, que es, además, la que menos ropa tiene. Si aluciné con las que me trajo en blanco, hoy directamente le he hecho un templo:

Por el momento, mañana esperamos terminar el vestido marrón estilo Project Zero de Kizuisen, y es bastante probable que hagamos la camisa del vestido con una de estas telas. Y después, a ver por donde seguimos.

Somos grandes aficionadas al cine de terror, y nos encantan las historias orientales de fantasmas. Por eso, cuando decidimos tener unas muñecas con una historia común, enseguida pensamos que tenían que ser chicas japonesas típicas con una maldición a cuestas. Y por supuesto, lo primero que nos vino a la mente fue la saga de videojuegos Project Zero, en especial el 2, con sus gemelas.

La sesión de costura de hoy y su consiguiente foto cutre del traje a medias van dedicadas a Habashira. Y, por supuesto, a La Hermanísima, Fuzuisen, su muñeca y hermana de Kizuisen:

Le falta mucho trabajo aún, y una camisa negra, pero seguramente para la semana que viene esté terminado. Y por supuesto, tendrá su sesión de fotos decente (no me tengáis en cuenta ese horror de foto).

No pretende ser un cosplay, lo estamos haciendo con el material que teníamos sobrante y ha sido algo totalmente improvisado, ya que no había tela suficiente para lo que teníamos en mente y he tenido esta idea. Aún así, espero que se parezca bastante, cuando más mejor. ¡Y por ahora, parece que le va a sentar de maravilla!

Finalmente, el vestido que tenía a medio coser ha cambiado de manos (de resina) y se lo ha quedado Arika. Realmente lo veo más de Nevan que de cualquier otra, pero como por ahora no es de su talla se lo queda la que más se le parece en estilo. De todas maneras últimamente soy más flexible con el tema de los estilos de cada uno, así que tampoco me preocupa.

Y aquí el resultado, con nuestra modelo de tobillos flojos:

No le he puesto el cierre aún, pero tampoco se nota…

La tela era más gruesa de lo que parecía, y algunas costuras han quedado un tanto tiesas, pero de todos los vestidos que tengo hechos en casa, es el que mejor ha quedado. Un par de ellos fueron hechos sin siquiera tener la muñeca aún, y los demás los hizo mi abuela con las medidas que les tomó, pero no hay nada como tener la muñeca al lado e ir probándoselo. Los dos que he hecho yo sin su ayuda no cuentan, jaja!

No estaría mal hacerle alguna capa, abrigo o camisa a conjunto, toca ir en busca y captura de más retales.

Tal y como decía en la entrada anterior, finalmente esta semana le he dado a mi abuela la tabarra con la costura. Me presenté en su casa con algunos retales que tenía, puntilla varia y Kizuisen, que nos ha hecho de modelo.

El vestido que hemos hecho no es de su estilo, más bien es del estilo de Nevan, pero coser para una SD es mucho más fácil (dejando de lado la cantidad infernal de tela que he de coser sin máquina) y le pedí a mi abuela empezar con algo sencillito. Además no tenía retales que fueran bien para ella, por lo que hemos acabado haciendo lo que nos ha dado la gana. Si no lo acaba usando ella, ya lo usará Arika, y si no Nevan si algún día llega a crecer, jaja!

El vestido está sin terminar, ahora falta coserlo todo (eso ya lo puedo hacer sola, yeah) y ahora mismo se ve así:

La foto es terrible y el vestido parece un trapo, pero así os gustará más cuando lo veáis terminado, jaja!

No he terminado aún el primero que mi abuela ya quiere hacer más cosas, me ha hablado de una caperuza o algún abrigo... y de una tela japonesa maravillosa que le quiere dar la vecina de arriba. No sé si caerá en nuestras manos, pero ya sabemos qué hacer con ella. A ver si hay suerte y sale bien.

El otro día me puse a chafardear las pelucas que tengo por casa, y encontré una a la que nunca le llegué a dar uso. La compré para Demiana hace la tira de tiempo, es una peluca de peluche de varios tonos que pintaba muy bien en las fotos oficiales. Cuando me llegó a casa… “gatomuerto”, pensé. Y además ni siquiera le cabía.

Pues como es tan fea que ni merece la pena venderla, le metí tijera. La verdad es que quizás en algún muñeco pueda llegar a quedar bien, pero en mi caso casi todo lo que tengo son chicas y no le pega a ninguna. Pero antes de meterla en la caja, cogí al único que podría llegar a usarla (remotamente) para que hiciera de conejillo de indias:

Siempre ha sido un crío de mirada hosca… pero ahora directamente le veo cara de cabreo. Quién sabe, lo mismo mañana amanezco con la cabeza rapada… ¡chan chan!